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viernes, 23 de noviembre de 2018

Benjamín Herrera Cortés Y El Chocó


Por…. D’yamil Antonio Bedoya Córdoba *

Corría el año de 1888, dos años después que el pensador de “El Cabrero” Don Rafael Núñez, produjera el balconazo: “La Constitución de 1883, ha dejado de existir”, asistido por Carlos Martínez Silva, Carlos Holguín Mallarino (Chocoano), José María Campo Serrano y su amante doña Soledad Román; produjo la insurrección radical de tomarse las armas para recomponer las instituciones.
Llenos de juventud, de un lado Benjamín Herrera Cortés, y de otro, por la misma causa, Rafael Uribe Uribe; encendieron las pasiones para devolverle a la nación la institucionalidad pisoteada por un oscuro contubernio clerical-conservador, afrentoso, antipatriótico, confesional, intololerante y absolutista, del partido nacional, coadyuvado por el Concordato firmado de una parte, por Don Rafael Núñez, presidente de Colombia, su ministro plenipotenciario Don Joaquín Fernando Vélez, y de otra, por el papa León XIII, y Mariano Rampolla de Tíndaro, cardenal de la Basílica de Santa Cecilia.

A través de la selva chocoana, el General Rafael Uribe Vélez, incursionó por el municipio de Urrao – Antioquia, vadeando  el río Penderisco para llegar al rio Atrato por donde introdujo 800 arcabuces e igual número de bayonetas, bajo la pericia de sus guarda espaldas, entre ellos, mi tata-abuelo José Domingo Ramírez, a quien el General le trajo las botas guerrera de Panamá, porque calzaba número 46. En la casa de mi abuelo se guardaba como una reliquia el arcabuz, la cimitarra, el sombrero guerrero y las botas.

Mi tata-abuelo, murió plenamente convencido que la guerra de los Mil días, se perdió por la traición de los lentejos y camanduleros liberales capitalinos, que más tarde en oscuro complot, a través de los leñadores:  Juan de Dios Galarza y Antonio Carvajal, derribaron al roble Uribe Uribe, a la salida del Capitolio nacional.

Durante la guerra civil de 1876, sobresalió combatiendo al lado de CESAR CONTO FERRER (chocoano), a la postre Presidente del Estado Soberano del Cauca, al repeler y salir triunfante contra las fuerzas conservadoras de Antioquia, en la batalla de “los Chancos”.

Previó la invasión “yanqui” a Panamá por el presidente Roosevelt (I took Panamá), donde viajó a defender la soberanía nacional, sin prever la traición de Huertas, Marroquín y los cenáculos bogotanos.

En el acorazado Wisconsin, en 1902, rompió su espada victoriosa al pactar la paz, con la célebre frase: “La patria por encima de los partidos”.

Corría el año de 1920, cuando el General Benjamín herrera Cortés, inició un tortuoso viaje desde Cali a Buenaventura, de donde tomó el buque “Betty” que lo condujo por el río San Juan hasta Bebedó, uno de los asientos de la explotadora de metales preciosos Compañía Minera Chocó Pacífico, donde quedó maravillado como la draga número seis extraía del cauce del Río San Juan, toneladas de oro y platino.

Una lancha de la citada empresa lo llevó hasta Andagoya, donde pernotó por la hospitalidad del empresario J.J. Standing, que pudo mostrarle las instalaciones mecánicas, eléctricas, hospitalarias y el equipo fluvial, que constituía una colonia londinense en el corazón de la selva chocoana.

Partió hacia Istmina, acompañado de J.J.Standing, quien informó a Bichir Meluk, que el General seguía hacia Quibdó. Fue en Istmina donde conoció a Tomás de Aquino Orejuela, corpulento hombre-negro de 2.17 de estatura, que apoyaba sus pie en dos abarcas  de caucho fabricada por él mismo, propietario de dos mulos que transportaron a los dos QQ.HH. hasta el Cantón de San Pablo, para tomar lancha que los llevaría a Quibdó.

La sorpresa a arribar a Quibdó, una singular muchedumbre le esperaba con banderas rojas y un conjunto de chirimía que pregonaba: “Quien manda aquí: “el Partido Liberal”.

En la casa de sirio libanés Q.H. Bichir Meluk, se le sirvió un suculento almuerzo de boca chico que puso a sudar al  General y a los invitados.

Los ojos rasgados del General, adquirieron otra dimensión, cuando en las horas de la noche fue llevado a la casa de don  CAMILO MAYO CAICEDO, cuya sala se encontraba ornada con la bandera de Colombia, la bandera roja y en ella una escuadra y un compás, una mesa al centro decorada con una biblia y tres candelabros. En la pared central un improvisado letrero brillante decía: Aug:. Log:. “Serenísima del Atrato”.

Al entrar, los coroneles Padilla y Paz, desenvainaron sus sables e hicieron un arco por donde pasó el general entre vivas y loores. Fue un misterio saber lo tratado en ese gran salón; solo que en él se encontraban: Camilo Mayo Córdoba, Bichir Meluk, Armando Meluk, los coroneles de la guerra Padilla y Paz, Agustín Torrijos, Salomón Rengifo, Jerónimo Arriaga, Onofre Garrido, Reinaldo Valencia Lozano, José María Cañadas, Cicerón Ángel, Emiliano Rey Barbosa, Natalio Garcés Murgueitio, Montiano Mena y Ciriaco Arriaga Ramos (primo hermano) de Adán Arriaga Andrade.

Al otro día el general Herrera, viajó en un hidroavión que lo llevó a Cali, donde se preparó para asumir la jefatura del partido liberal, cuya convención nacional se realizaría en Ibagué.
En la Convención del Partido Liberal de 1922, celebrada en Ibagué – Tolima, donde el General Benjamín Herrera, fuera proclamado Jefe del Partido Liberal, deslumbró a los convencionistas cuando parte de su programa, incluía la intendencia del Chocó, en planes de desarrollo como la navegabilidad de buques de menor calado por los ríos Atrato y San Juan, un buque hospital para costa pacífica, el canal carreteable entre Coredó (costa pacífica) y Capurganá (costa atlántica) de apenas 166 kilómetros, como una respuesta a la pérdida de Panamá y convertir a la ciudad de Quibdó, en alcaldía mayor, para que por ley recibiera igual presupuesto aportado por la nación, en demanda de un equilibrio entre la prosperidad capitalina y el abandono secular a la provincia del Chocó.- En su honor los concejales de Quibdó, construyeron un obelisco en forma de cono hacia el infinito donde fue colocada la efigie del General, en la glorieta de la Gobernación del Chocó, donde permanece para siempre.

Por…. D’yamil Antonio Bedoya Córdoba ***

*** Abogado, profesor universitario, especializado en docencia universitaria, miembro de número de la Academia de Historia del Chocó.

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