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domingo, 18 de noviembre de 2018

Caracterización histórica, cultural y socioeconómica del Darién y el municipio de Acandí

Bahía de Acandì reproducida del libro M. A. Reclus, Exploraciones a los Istmos de de Panamá y Darién en 1876, 1877 y 1878, Juan Vidal Editor, Madrid, Las ilustraciones de estos viajes fueron realizadas por los dibujantes Vignal, G. Vuillier y Dosso, y dan cumplida cuenta de lo narrado por Reclus de sus experiencias


Este capítulo pretende mostrar, de una manera muy suscinta, los diferentes períodos históricos por los que ha pasado el Darién, y particularmente el Municipio de Acandí Chocó, para llegar finalmente a una apreciación de su estado actual en términos socioculturales y económicos. De esta manera complementando y cruzando de forma integral los resultados de esta descripción con la información biológica descrita en la primera parte de este capítulo, se podrá tener una mirada de conjunto, que permita la comprensión del estado actual de Acandí en cuanto a la ocupación del territorio, las principales actividades económicas, los aspectos sociales y culturales que la caracterizan, y los efectos que éstos generan y posibilitan para la conservación de la tortuga Caná en el Golfo del Darién.

1.2.1 HISTORIA POBLACIONAL DEL DARIÉN


La historia de poblamiento del Darién se puede dividir en cuatro grandes períodos: la conquista española, el dominio de la Nación Kuna, la reconquista del Darién por parte de la República, y finalmente, el siglo XX con sus dinámicas económicas y el proceso de poblamiento.

 

1.2.1.1. La Conquista Española: El darién, y por ende el municipio de Acandí, en el momento de la llegada de los españoles en el siglo XVI, estaba ocupado por diferentes grupos indígenas con costumbres y estructura social, económica y política propias, junto con una red de intercambios y adaptabilidad ecosistémica a su entorno; de éstos el más importante fué el grupo de los cuevas. En sus fronteras se encontraban los tules o kunas al sur en el río atrato y el mar pacífico, los urabáes al oriente en la culata del golfo de urabá, y grupos diversos al occidente en el chame panameño (Fundación Natura 2000).


1.2.1.2. Dominio de la Nación kuna: Para el siglo XVII, los kunas, quienes han emigrado del Atrato alto y medio por las presiones ocurridas allí de parte de los emberas (presionados a su vez por los españoles asentados en Popayán), ocupan gran parte de la provincia del Darién, cuyos territorios correspondían a los indígenas cuevas y a los urabáes (quines se reducen ostensiblemente por la presión conquistadora); de esta manera se inicia el dominio de la nación Kuna sobre el territorio del Darién, el cual se extiende durante más de 200 años. se conforma una nación Kuna con autonomía social, económica y religiosa por fuera de la colonia, la cual posee idioma propio, una numerosa población y una apropiación y ordenamiento del territorio. Estos territorios de la nación Kuna para el siglo XVIII se extendían hasta cerca del Sinú, el Golfo de Urabá, una parte de la desembocadura del río Atrato y el León, y todo lo que hoy es conocido como el Darién panameño.

 
Choza y tipos de los indios cuna, reproducida del libro M. A. Reclus, Exploraciones a los Istmos de de Panamá y Darién en 1876, 1877 y 1878, Juan Vidal Editor, Madrid, Las ilustraciones de estos viajes fueron realizadas por los dibujantes Vignal, G. Vuillier y Dosso, y dan cumplida cuenta de lo narrado por Reclus de sus experiencias

Durante este período, en el cual la nación Kuna tiene un dominio sobre la región del Darién, es de las pocas veces en que se delimita de manera autónoma y con alguna precisión a esta región. Luego su territorio, al igual que la nación Kuna, fueron disgregados por las múltiples presiones de grupos exógenos, repartiéndose finalmente en diferentes áreas político administrativas e incluso entre dos naciones, la panameña y la colombiana.

A través de las incursiones españolas en el Darién llegan comunidades negras, mestizas y mulatas, y pobladores del alto y medio Atrato quienes contribuyeron a delinear un poblamiento que configura desde entonces la caracterización sociocultural de la región del Darién. Se debe resaltar la férrea resistencia que presentaron los Kunas frente a estos procesos de poblamiento, principalmente al relacionamiento con indígenas Emberas y afrodescendientes, con quienes los Kunas han tenido una rivalidad histórica (David 2003).

1.2.1.3. La reconquista del Darién por parte de la República: La decadencia de la nación Kuna se inicia con la toma del poder por parte del criollato republicano a mediados del siglo XIX, como consecuencia de la declaración de independencia de los territorios americanos de la corona española. En los primeros años del establecimiento del Estado republicano, la posesión sobre el Darién es más de carácter jurídico que de hecho, tratando de articular esta región al circuito nacional a través de una intensa actividad legislativa. la República continúa con la política de la colonia e impulsa un control al comercio ejercido por los Kunas, los comerciantes extranjeros y los piratas; para tal fin se crean alianzas con Estados Unidos como país garante de la soberanía sobre el territorio del Darién, con lo cual Inglaterra pierde su hegemonía en los proceso de intercambio comercial en la región, lo que genera el inicio de la decadencia de la nación Kuna.


Los Kunas son considerados por el criollato como un grupo de “salvajes” sin organización, ni capacidad de autodeterminación por lo que debían ser cuidados, protegidos y tutelados por el gobierno. Concepción que terminó pasando las tierras que poseían aquellos al gobierno bajo la figura de “baldías o nacionales” y restringiendo el comercio que ellos realizaban, el cual debían hacer a través de las instituciones creadas por la República. Así las tierras del Darién pasan a ser el botín de diversos intereses.
 
Camino de Acandí,reproducida del libro M. A. Reclus, Exploraciones a los Istmos de de Panamá y Darién en 1876, 1877 y 1878, Juan Vidal Editor, Madrid, Las ilustraciones de estos viajes fueron realizadas por los dibujantes Vignal, G. Vuillier y Dosso, y dan cumplida cuenta de lo narrado por Reclus de sus experiencias
El auge industrial que vive Europa y Estados Unidos en el siglo XIX implica la demanda a los países “periféricos” de materias primas como el caucho, la tagua y aún productos no esenciales como cacao y café para satisfacer la demanda urbana del “primer” mundo. El Darién tiene condiciones óptimas para participar en el mercado debido a su posición geoestratégica privilegiada y el contar con la mayoría de los productos demandados.  Esto trae como consecuencia la llegada de colonos y campesinos desde las diferentes fronteras, dándose una ocupación del territorio del Darién que no derivó de una política planificada desde la autoridad, pero sí por obra de la numerosa población que encontró allí un espacio económico y territorial.

Para la nación Kuna esto implicó el preámbulo de su declive, con la pérdida del control sobre su territorio. La presión criolla obtuvo así, lo que no lograron planes militares siglos atrás: la claudicación de la nación Kuna. Este hecho no implicó el abandono total del territorio, pero sí su concentración en las islas de San Blas (hoy Comarca Indígena de Kuna Yala), que se consolidó como el espacio fundamental de la nueva conformación del hombre Tule, no obstante la existencia de dos reductos poblacionales en Colombia (Arkía y Caimán Nuevo). Mientras tanto otros indígenas como los “Chocoes” (Emberas) expandieron sus fronteras y consolidaron su presencia en el Darién del Sur (David 2003).

Los enclaves inician con la explotación cauchera la cual tiene su auge entre 1850 y 1880, tiempo en el cual se da una intensa explotación y decadencia de la misma como consecuencia del método empleado para su extracción, en el cual los árboles son tumbados una vez dejan de producir.

El principal enclave en el golfo de Urabá era Acandí. Durante este período también se consolida Turbo como centro comercial y de intercambio, además de punto de referencia territorial y centro administrativo. Playablanca, hoy conocido como Riosucio, se convirtió en el punto crucial intermedio para el circuito comercial Cartagena-Quibdó, el cual servía a las actividades extractivas que se daban en la cuenca del Atrato y algunos de sus tributarios.

La caída en la producción de caucho es reemplazada por la explotación de la tagua, la cual actúa como eje estructurante del territorio, pues su recolección se da de forma periódica, con lo cual llegan oleadas de recolectores anualmente y se da la permanencia de pobladores en los campamentos; es así como las proveedurías o bodegas y los campamentos se convierten en núcleos poblados.

Con la explotación de la tagua y la consolidación de los poblados, se da el paso de los enclaves a las haciendas, con lo que se incentiva las labores agrícolas, dándose la conformación en la región de una sociedad agraria en constante ascenso y bastante dinámica. Las haciendas son las precursoras de la modernización y el desarrollo del Darién y con su llegada se ven incrementadas las plantaciones, la explotación económica, la acumulación de capital fuera de la región, el desplazamiento indígena y el incentivo al poblamiento criollo mestizo.

Con esta situación llegó la delimitación de la tierra por alambradas, la concentración de las tierras, la temprana ganaderización y potrerización, a la vez que las desigualdades y los conflictos. Las haciendas no logran mantenerse por mucho tiempo al enfrentarse a problemas de transporte y a las nuevas propuestas agroindustriales, lo cual lleva al fracaso de muchas de ellas.

Con el establecimiento de las haciendas a finales del siglo XIX y principios del XX se establece la primera red urbana en el Darién cuyos principales centros urbanos son Acandí, Riosucio, Juradó, Chigorodó y Turbo. Junto con estos centros poblados se dan los hábitats agrícolas ubicados a lo largo de la costa, en los lugares donde se dan las extracciones, allí sobresalen Titumate y Sapzurro.

Las oleadas migratorias hacia el Darién coinciden con los diferentes procesos económicos que se viven en la región y su origen tiene relación con las fronteras de la cual provenían; es así como de la provincia de Cartagena y Bolívar llegan los Cartageneros y Sinuanos o “monterianos”; por el río Atrato inmigró población negra quienes llegaron de las partes altas del río San Juan y Atrato; hacia el pacifico se dio una mezcla interracial entre negros, indígenas y mestizos, quines son considerados como verdaderos nativos; a ésta zona también llegaron negros panameños. Además la irrupción de personas llegadas del interior (principalmente antioqueños) y la permanencia de ingleses, belgas, holandeses y franceses, realizan su aporte a la pluriculturalidad de la región (David 2003).

1.2.1.4. Dinámicas económicas y proceso de poblamiento durante el siglo XX: A principios del siglo XX se da la separación de Panamá y Colombia (año 1903), esto trae consigo para el Darién su separación en dos naciones, quedando la mayor parte de la región en el territorio panameño. El gobierno colombiano con el fin de dar contingencia a este suceso y evitar la sucesión de otra parte del país y la pérdida de integridad territorial, adopta políticas encaminadas principalmente al reparto de baldíos y ejercer un mayor control por parte del gobierno central sobre el territorio.

 

Dentro de las campañas de control se promueven avanzadas de poblamiento a través de colonias agrícolas y la integración vial de la región con el interior del país.


Las primeras décadas del siglo XX se caracterizan además por el impulso que genera la explotación de la tagua al establecimiento de la primera red urbana en la región y el establecimiento de las bases para la estructuración espacial y territorial del Darién. En cuanto a las políticas gubernamentales, éstas fueron ideadas en un nivel central, desconociendo las dinámicas locales y sus necesidades, con las cuales resultaron favorecidos lo grandes inversionistas y una pequeña élite local;  por el contrario, se niega la tierra a los indígenas, negros y mestizos, quienes realmente habían logrado adaptarse a las agrestes condiciones ambientales de la región. En cuanto a la  estructura territorial, el Darién continúa en la pugna por la definición de sus fronteras internacionales, mientras en Colombia se dan pugnas por el dominio de este territorio entre los Departamentos de Antioquia y Chocó.

En un segundo momento aparece el auge agroindustrial, que inicia con inversionistas alemanes representados en la compañía Abingia, la cual fracasa por presiones de la compañía estadounidense United Fruit Company. Luego llega la sociedad Cleall y Lambert, quien hace negocios con la compañía United Fruit Company, convirtiendo a Acandí en el principal centro productor de banano de la región. El auge de la producción de banano propicia la llegada de inversionistas antioqueños en 1935; período durante el cual se da la mayor producción entre 1934 y 1938, pero se enfrenta a problemas de transporte de los productos hasta los sitos de embarque y su comercialización. Una vez el gobierno central y los comercializadores se ponen de acuerdo para dar solución a este problema, inicia la segunda guerra mundial, con lo que se paraliza la producción, languideciendo en los años 40.

Es de resaltar que para la agroindustria, la principal y más barata mano de obra para las empresas eran los migrantes provenientes de Córdoba y Chocó, mientras los bolivarenses permanecieron en actividades pesqueras, agrícolas y extractivas.

Para la segunda mitad del siglo XX la crisis agroindustrial genera el abandono de tierras por parte de las compañías, lo que propicia la ocupación de éstas por parte de los antiguos trabajadores. Paralelamente se da la ampliación de la frontera agrícola por la llegada de nuevos colonos procedentes de Chocó, Córdoba, Sucre, Antioquia e incluso Caldas, Boyacá, Nariño, Putumayo y Caquetá, quienes llegan al Darién desplazados por la violencia política que vivía el país por estos años.

La extracción de madera juega un papel protagónico en la segunda mitad del siglo; en esta rentable actividad no solo participan las grandes empresas, sino también pequeños comerciantes, aserradores a destajo y grupos de colonos; los últimos siguiendo el avance de las empresas madereras.

Al proceso de colonización espontánea sigue un intento de planificación y reglamentación por parte del gobierno, generándose así, que en el periodo de 1960 a 1980 el INCORA haga adjudicaciones de pocas hectáreas a numerosos adjudicatarios. Esto motiva un crecimiento demográfico que alcanza sus mayores tasas en el período de 1953 a 1973. Los sectores más dinámicos durante el proceso de colonización fueron Riosucio, el Bajo Atrato y sus afluentes, y Acandí con la focalización de la mayor actividad en el Valle del Tanela y Unguía. Así se da una formación espacial que se integró por las vías fluviales tradicionales y por la nueva red de caminos y trochas que los mismos colonos implementaron (David 2003).

Luego de este auge colonizador el proceso empieza a decaer como consecuencia de los siguientes factores: la adjudicación de grandes áreas, proceso de ganaderización, narcotráfico y lucha armada. Así, este nuevo intento de colonización agrícola culmina con la concentración de tierras en unos pocos propietarios, la mayoría de origen antioqueño.

Mientras esto sucedía en el lado occidental del Golfo (en la márgen Darienita), en la zona del Urabá se iniciaba la explotación maderera a gran escala y el cultivo de banano para exportación, que configuran el llamado “milagro de Urabá”. Este fenómeno ha sido considerado como uno de los “más rápidos e impresionantes eventos de colonización de las selvas tropicales registrado hasta ahora en América” (Proyecto Biopacífico 1994), van a generar unos impactos muy importantes en la configuración del Urabá como tal, y por ende del Darién, dada la proximidad y la historia conjunta en las dos zonas, tanto en aspectos sociales como biogeográficos, pues hasta mediados del siglo XX, los paisajes natural y humano habían sido conservados; es a partir de los años sesenta, cuando la dinámica del modelo actual de desarrollo comienza a modificar completamente las condiciones naturales, sociales y culturales de la región, hasta el punto de dejar a la región sin sus mayores recursos naturales, que se constituyen en la principal fuente de riqueza de la misma.

La creación del Parque Nacional Natural los Katios en el año 1973, con el fin de detener la propagación de la fiebre aftosa hacia el norte, incide en el cambio del paradigma de desarrollo para la región. Desde este momento, es la selva virgen y la riqueza biótica presente en ella el punto focal de la reinvención del Darién, con lo cual se convierten en las premisas y el limitante para los proyectos de desarrollo de la región. También se inicia el enfrentamiento de dos formas radicales de ver el desarrollo: una de carácter sostenible, que reivindica los usos tradicionales de las comunidades ancestrales asentadas en sus territorios, así como la conservación y uso racional de los recursos naturales; y otra no sostenible, de carácter extractivo y de inversión en grandes obras o macroproyectos.

El fenómeno de ganaderización y potrerización de la región por su magnitud y súbito avance, es un factor que genera una gran transformación en el paisaje darienita, sobre todo en los municipios de Unguía y Acandí, donde se consolida esta actividad económica. Igual que con las haciendas y la agroindustria, el crecimiento de la ganadería propicia la acumulación de tierras. Los fenómenos económicos y políticos que se presentan para la década de los 80, no generan cambios en la red urbana y su jerarquía, mientras que en el sector rural incide de manera drástica en su sistema espacial y territorial. La concentración de tierra y la agudización de la violencia hacen desaparecer algunos asentamientos y en algunos otros casos, éstos quedaron sin áreas de cultivo en sus proximidades como en Unguía y Acandí.

La composición poblacional mantiene el ritmo iniciado en los años setenta, con los antioqueños posesionados de la mayoría de las tierras en el sector de Acandí, Unguía y parte de Riosucio, a la vez que se mantienen también los flujos migratorios de bolivarenses, cordobeses o “chilapos” y mestizos del interior (antioqueños, caldenses, entre otros).

Irrumpe además la actividad turística en el litoral Caribe Colombiano, como consecuencia de la belleza paisajística, la visión foránea y capital proveniente del narcotráfico, con lo cual se da una ocupación y concentración puntual en las playas, densificación de las mismas, desalojo de nativos y transformación del paisaje; acciones que se han efectuado con poca planificación y/o regulación (David 2003).

Para las últimas décadas del Siglo XX, también es de trascendental importancia el afianzamiento de las comunidades negras e indígenas en su condición étnica, fundamentada en sus procesos organizativos. La constitución de 1991 marca un hito en el logro de derechos y reconocimientos por parte de las minorías étnicas en Colombia, dándose el reconocimiento legal a su territorialidad; en ésta se da el reconocimiento constitucional a las comunidades negras y su posibilidad de acceso a la propiedad de las tierras ancestrales (Ley 70 de 1993) e igualmente se da la confirmación de los territorios indígenas como entidades territoriales. Esto produjo un remezón en la concepción territorial en el Chocó como territorio-región, afectando por ende al Darién, donde se da inicio a un nuevo relacionamiento interinstitucional, propiciado por nuevos marcos jurídicos (David 2003) como la Ley 99 de 1993 por la cual se crea el Ministerio del Medio Ambiente y se organiza el Sistema Nacional Ambiental –SINA-, en donde se incluyen las Reservas Naturales de la Sociedad Civil, predios ubicados en diferentes regiones del territorio nacional que por sus caracteristicas, la voluntad y conciencia ambiental de sus propietarios se han convertido en espacios de conservacion de biodiversidad.

La conservación de recursos naturales y ecosistemas por parte de la sociedad civil en Colombia tiene antecedentes en los años 40, pasando por diferentes periodos de desarrollo en cada década. De manera organizada se inicia hacia los años 90 y se materializa en el año 1992 con la constitución de la Asociación Red Nacional de Reservas Naturales de la Sociedad Civil de Colombia (UAESPNN et al. 2000), un año después (1993) inician sus primeras actividades con la cofinanciación de WWF y la Fundación para la Educación Superior (FES) (www.resnatur.org.co).

De esta forma arribamos al siglo XXI, en unas condiciones de descentralización política que abren perspectivas nuevas para la gestión ambiental y la planificación participativa, en medio de unas condicones generales de degradación del medio natural, donde los municipios de Unguía y Acandí se hallan “inmersos en la ganadería y el latifundio, la población indígena sobrevive reducida en pequeños resguardos, con dificultad para desarrollar sus tradicionales prácticas de uso del suelo y donde las comunidades negras confrontan condiciones de pobreza extrema” (Biopacífico 1994).


Tomado del Documento técnico de soporte para la declaratoria del Santuario de Fauna y Flora La Playona en Acandí (Chocó): para la protección del hábitat de anidación de la tortuga caná (Dermochelys coriacea) y carey (Eretmochelys imbricata) 1
  
Preparado por:
FUNDACIÓN DARIÉN,JORGE DAVID HIGUITA ***,y LILIAN J. BARRETO **
Basado en documento preliminar de WALKER HOYOS GIRALDO *
REPÚBLICA DE COLOMBIA.MINISTERIO DE AMBIENTE, VIVIENDA Y DESARROLLO TERRITORIAL,UNIDAD ADMINISTRATIVA ESPECIAL DEL SISTEMA
DE PARQUES NACIONALES NATURALES DIRECCIÓN TERRITORIAL NOROCCIDENTE, MAYO DE 2006



* Biólogo. Profesional de Apoyo del Área de Manejo Especial del Darién (AMED-UAESPNN),2003
** Bióloga Marina. Consultora Programa Marino Costero. WWF Colombia
*** Antropólogo. Consultor Fundación Darién

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